El texto nos habla de la existencia de tres modelos de gestión de la convivencia en los centros escolares. Cada uno de estos métodos lleva a cabo una estrategia diferente para la resolver los conflictos.
El modelo punitivo tiene ciertas limitaciones. No se repara el problema, incluso puede llegar a agravarse ya que la victima se siente más indefensa por posibles represalias por parte del agresor. Además, debido a la sanción impuesta, se produce una distanciación del agresor y la víctima, por lo que el conflicto se queda sin resolver, ya que con la imposición de la sanción se deja el tema cerrado.
Mi experiencia en el instituto me demuestra que se llevaba a cabo este modelo, ya que los profesores para resolver un conflicto imponían una sanción que consistía en un parte, un expediente o la expulsión. Esto creaba conflictos aún mayores, ya que el agresor echaba la culpa a la víctima de su sanción e incluso podía producirse otra agresión.
El modelo integrado tiene ventajas con respecto al punitivo, ya que al haber diálogo entre las dos partes y un medidador, pueden ponerse en el lugar del otro y llegar a una resolución del conflicto.
En cuanto a mi experiencia en las prácticas, mi tutora llevaba a cabo el modelo integrado, ya que cuando se producía un conflicto, se llevaba a cabo una reunión con todos los alumnos explicándoles qué era lo que había pasado y qué era lo que estaba mal, para que así entendieran que no debería volver a repetise ese comportamiento. Sin embargo, en la clase de al lado, la profesora llevaba a cabo el modelo punitivo, ya que cuando se producía un conflicto, la profesora sancionaba al alumnos, es decir le castigaba, pero no se mantenía un diálogo. Comparándo las dos clases, la clase en la que se llevaba a cabo el modelo integrado tenía menos conflictos que la clase en la que se llevaba a cabo el modelo punitivo. Por eso, en mi opinión, el más adecuado es el integrado.
Relacionando el texto con el vídeo, podemos comprobar que en un colegio en especial O´Pelouro, se lleva a cabo el modelo integrado, ya que se basa en el constante diálogo con los alumnos. Se resuelven los problemas con el diálogo y en una asamblea el alumno se expresa de manera pública, pero siempre repetando unas normas básicas. Con este diálogo también se pueden llegar a conocer cuáles son los gustos del niño, para saber que es lo que le interesa y qué quiere aprender, para que así el niño tenga motivación hacia el aprendizaje.
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